jueves, 4 de febrero de 2010

Cuando el objetivo nos orienta en la búsqueda de la información relevante

¿Existe alguna cosa en la vida que no disponga de un fin u objetivo que queramos alcanzar? Cada uno de los momentos de nuestra vida está orientado por un objetivo que es el que nos sirve de guía en los diferentes pasos que tenemos que seguir para conseguirlo. En el caso de la analítica web, disponemos de herramientas que nos sirven de vehículo para alcanzar nuestro propósito pero que, por sí mismas, no nos ayudan a alcanzar el objetivo, a no ser, claro está, que nosotros las activemos y las interpretemos para que así sea.


Como en el caso de querer escribir un post. Llevo días, incluso meses, queriendo poder publicar un nuevo post en este pequeño espacio pero no he tenido la posibilidad de sentarme tranquilamente, disponerme un objetivo en mente y prepararme para contar algo. Podrá ser más o menos interesante pero por lo menos has encontrado el objetivo que hará que tus dedos puedan moverse solos a través de las teclas del ordenador. Porque cuando hemos encontrado lo que queremos contar parece que el cómo lo vamos a contar fluye sólo.

En muchas ocasiones, podemos tener tan claro cuál es el objetivo que nos guía que nos hace persistentes en la búsqueda y logro del mismo. La mayor parte de las cosas que explican algún tipo de comportamiento, actuación, pueden llegar a extrapolarse a otros ámbitos, simplemente cambiando un poco su formato y forma de expresar lo que queremos conseguir.

En el caso de la analítica web, es cierto que los datos son sólo datos si no disponemos de un objetivo en mente que nos haga configurarnos una composición de lugar y un lenguaje que nos ayude a ver que esos datos y números, que a simple vista parecen aislados, nos están comunicando algo.

Las herramientas que utilicemos para que nos ofrezcan el mayor número de datos y combinaciones posibles pueden ser excelentes al mostrarnos los datos pero si no disponemos de un lector que nos ayude a descifrar el código oculto no nos servirá para nada disponer de la mejor herramienta de medición del mundo. Tenemos que ir más allá de la herramienta, de los meros datos, para adentrarnos en los conocimientos y las pautas de actuación que nos ofrecen las posibles combinaciones de datos que podamos hacer. Todas ellas irán encaminadas a conseguir el objetivo que tenemos en mente pero son pequeños pasos hasta poder decir que el objetivo está cumplido. Todo producto, proceso, procedimiento, actuación, pasa por unas diferentes fases y etapas que nos podrán resultar más o menos útiles pero el compendio de todas ellas hace que podamos decir si hemos conseguido o no nuestro objetivo.

Dependiendo del objetivo que persigamos los datos se compartan de una u otra forma. Si nuestro objetivo es traer tráfico a nuestra web tendremos que fijarnos en el número de visitas que tenemos en un determinado periodo de tiempo, pero si, por el contrario, nuestro objetivo es saber si esas visitas son de calidad la métrica que nos servirá serán las conversiones de nuestras visitas, cuántas personas se han suscrito a nuestro boletín, cuántos nos han comprado, cuántos nos han añadido a marcadores, ect, y la forma de actuar después sobre cada uno de ellos será diferente ya que tendremos que partir de otro objetivo en mente.

Por lo tanto, no es suficiente con tener una herramienta potentísima que mida el tráfico que llega a nuestra web sino que antes de implementar una herramienta de medición de datos tenemos que sentarnos y preguntarnos, ¿qué ofrezco a mis clientes/usuarios?, ¿cómo quiero que me encuentren?, ¿por qué quiero que me encuentren? ¿cuál es mi valor añadido que hace que me diferencie de mi competencia? Las respuestas a cada una de estas preguntas hará que dispongas de tus KPI’s como primer paso de gestión.

Próximo post: Cuando los objetivos se convierten en estrategia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario